Todas las emociones tienen alguna utilidad en nuestra vida, incluso las más desagradables. Solemos pensar que algunas son mejores que otras, generalmente basándonos en las que podemos manejar más fácilmente. Sin embargo, no importa la edad que tengas o la etapa en la que te encuentres, experimentarás siempre distintas emociones. A veces las podrás compartir con alguien más y otras no querrás o no podrás.
Cuando somos apenas bebés, tenemos miedo de personas extrañas o de alejarnos mucho tiempo de mamá o papá. Después, el miedo se nos presenta en forma de brujas tenebrosas, sombras extrañas y monstruos bajo la cama. Al crecer, es la mirada del otro la que nos asusta, el cómo nos ven, el que nos dejen de querer o el que no nos acepten. La vida adulta también trae otros miedos que se acompaña de responsabilidades y decisiones (miedo a perder a un ser querido, miedo a la enfermedad, miedo a no tener lo suficiente para vivir). Pero algo no varía: la presencia del miedo en nuestra vida.
Le tengo miedo a…
Una manera útil de comenzar la conversación con tu peque sobre el miedo es, tal cual, preguntarle a qué le tiene miedo. Mi invitación es que tú también le compartas qué te da miedo. El modelaje (es decir, lo que muestras) en la educación emocional nos ayuda a promover la empatía y a la comprensión de que las emociones siempre estarán unidas a las personas.
Bueno, ya le pregunté, ¿y ahora? Pueden hacer una lista de aquellos que son reales y los que son imaginarios. Entre los miedos reales siempre estarán aquellas situaciones que pueden suceder en la vida cotidiana: enfermedades, accidentes, temblores (o desastres naturales de acuerdo a la zona geográfica), separaciones de padres, etc. Entre los miedos imaginarios encontraremos variantes de acuerdo a la edad; sin embargo, en principio son aquellos que no existen y no pueden hacerles daño: fantasmas, sombras, monstruos, vampiros, etc. ¡Ojo! No importa si la fuente del miedo es real o imaginaria: su emoción siempre es válida.
¿Cómo reacciona el cuerpo?
El miedo, tiene características fisiológicas que hemos desarrollado de manera evolutiva pues en algún momento debimos escondernos de nuestros depredadores. El sistema nervioso central envía una señal a los músculos del cuerpo y los prepara para huir, nuestro ritmo cardíaco aumenta y a veces puede haber sudoración, dilatación de pupilas, temblor, etc. Como mamíferos, estamos diseñados para reaccionar de tres maneras: huir, congelarse o pelear. Dependiendo de la situación, la edad de desarrollo y la personalidad es cómo reaccionamos al miedo. Tal vez tu peque tiende a salir corriendo (huir), se queda pasmado en blanco y no reacciona (freeze) o se enfrenta para defenderse del peligro (pelear).
Te comparto mi top 3 de cuentos sobre el miedo.
“Cuando tengo miedo” de Trace Moroney. Si tu peque o peques son preescolares, les gustará mucho. Un conejito nos cuenta con graciosas caricaturas lo que hace, lo que siente su cuerpo y lo que le calma cuando tiene miedo.
“Todo lo que sé del miedo” de Jaume Copons. Este cuento está recomendado para mayores de 4 años. De forma ligera el protagonista pone ejemplos de miedos suyos y de miembros de su familia. Sobre todo, nos cuenta que una vez que logró vencer el miedo a la oscuridad, se dio cuenta de que puede superar muchos más.
“Los Monstruos y Tú: Manual para niños de 3 a 10 años y monstruos de 300 a 800 kilos” escrito por Martín Solares e ilustrado por el entrañable Trino. De manera divertida, el Dr. Chun-ga explica detalladamente los diversos tipos de monstruos que hay y cuáles son sus puntos débiles. Te lo recomiendo ampliamente, la verdad es mi favorito.
¿Cuándo debo buscar ayuda profesional?
Sí, es natural que tu peque tenga miedo a algo y que reaccione en consecuencia. Sin embargo, hay ocasiones en las que podemos estar frente a una situación que requiera de otras estrategias de abordaje. Puedes estar pendiente de lo siguiente:
- Se hace pipí en la cama y tiene más de 5-6 años.
- Rechaza de manera exagerada algún lugar, persona o grupos de personas.
- Presenta cambios en su patrón de sueño y/o excesivas pesadillas.
- Le ves con un estado de ánimo triste, irritable o con poca energía.
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Espero que mis recomendaciones te gusten y -sobre todo- te sean útiles.
Lic. Mariana García Molina
Lic. en Psicología
Cédula Profesional: 13119821
Octubre de 2023