PERCEPCIÓN DE LOS ESTEREOTIPOS DEL CUERPO IDEAL. PARTE I
Actualmente en los medios de comunicación y en redes sociales se muestran varios estereotipos respecto a cómo debe ser una persona joven para ser feliz y lo más importante, ser aceptado por la sociedad.
Uno de los estereotipos más influyentes hoy en día está relacionado al aspecto corporal, pues se muestran hombres jóvenes con cierto tipo de cuerpo, que en general son delgados y con el abdomen y brazos marcados, y junto a ellos está una mujer que corporalmente llega a ser percibida bella y feliz, pues cumple con los estándares preestablecidos: grandes pechos, cintura y cadera pequeña, delgada, con el vientre plano, es decir, sin nada de grasa.
Esto provoca inevitablemente que las personas se comparen con modelos que tienen una figura, que en muchas ocasiones es difícil de conseguir ya que están más apegados a lo ideal que a lo real.
Aun cuando el culto a la belleza y al cuerpo han estado presentes durante siglos, la diferencia actual es la exhibición de modelos en los medios sociales. Cuando miramos los anuncios en la televisión o alguna red social nos podremos dar cuenta, si analizamos, que la mayoría de los modelos que están promocionando algún producto o servicio, en realidad lo que hacen es mandarnos mensajes sobre cómo debe de ser una persona para alcanzar el éxito y ser feliz. Nos muestran a un hombre o mujer con el cuerpo “perfecto”, con el automóvil último modelo y lo más importante, reflejan una gran plenitud pues tienen “todo” para sentirse satisfechos en la vida y también para ser aprobados por la sociedad.
Y es curioso que, aun cuando hay revistas, programas o anuncios que exhiben productos o dietas para estar delgado/a y sano/a, lo que en realidad están expresando es el trinomio delgadez = belleza = triunfo, especialmente en ciertas épocas del año como las vacaciones de verano, Navidad y Año Nuevo pues aparecen en Internet varios artículos que hablan sobre cómo bajar de peso antes o después de esas fechas para obtener la figura deseada e “ideal”. Y así surge un efecto triste y grave, …“en las culturas donde existe abundancia de alimentos, donde se rechaza la obesidad y se idealiza la delgadez, las mujeres tienen más riesgo de desarrollar un TCA [Trastorno de Conducta Alimentaria]” (Unikel, Díaz de León y Rivera, 2017, p. 36).
Podríamos pensar sólo es a las mujeres a las que les afectan dichos estereotipos, pues no, también afecta a los hombres. En películas, en comerciales o en las redes sociales, los varones que aparecen tienen cierto tipo de cuerpo caracterizado por un abdomen marcado o con los brazos musculosos, con lo cual se proyecta el cuerpo “ideal”, pero no bajo un enfoque de salud, sino más bien del estatus social. El mensaje enviado es que si un hombre desea tener todo en la vida, como una pareja, dinero, buen trabajo o felicidad, debe aspirar a tener ese cuerpo.
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), como la anorexia y la bulimia, que desgraciadamente son problemas ya de salud pública que están afectando a muchísimas personas y desde edades muy tempranas, aproximadamente desde los 10 años y en su mayoría a mujeres.
Hay una linea que conecta estos transtornos y una autoimagen distorsionada la mayoría de las veces. Para poder hacer el diagnóstico preciso se necesitaría evaluar también otros factores relacionados a la propia persona, como son los componentes emocionales, intrapersonales e interpersonales, pues aunque los factores sociales son un elemento importante, no son los únicos que llegan a causarlos.
En los próximos blogs se hablará sobre la relevancia que tienen los estereotipos corporales, ya que no sólo implica el verse bien o mal, sino que a un nivel cognitivo se generan ideas relacionadas al éxito o fracaso, felicidad o desgracia, que, en conjunto, afectan a la autopercepción de las personas, no sólo a un nivel corporal, sino también emocional y social.
Lic. Mariana Lara Sánchez
Lic. en Psicología
Cédula Profesional: 12031875
Septiembre de 2023
Unikel, S., C.; Díaz de León, V., C. y Rivera, M., J. A. (2017). Definiciones, etiología y modelos conceptuales. Conductas alimentarias de riesgo y factores de riesgo asociados: desarrollo y validación de instrumentos de medición. (pp. 19-44). Universidad Autónoma Metropolitana.