Cuando comencé mi adolescencia, recuerdo empezar a vestirme diferente y a veces no me importaba si a los otros les gustaba o no, también comencé a reservar mis ideas y sentimientos, entonces ya no platicaba con mis papás de lo que me pasaba y a veces solo quería estar sola en mi cuarto. Había momentos donde me sentía contenta, otros donde estaba muy molesta o triste, todo el tiempo mi humor estaba cambiando. Comencé a ver cosas de mis papás que ya no me gustaban o tradiciones que querían que yo siguiera como cuando era pequeña, como reuniones familiares, ir a la iglesia, ir a la casa de la abuela y sentía que ya estaba harta de eso. Mis papás se quejaban todo el tiempo de mí. ¿Les es familiar? ¿Por qué pasa esto?
Hay un aspecto importante en la adolescencia temprana (10-14 años) llamada DESARRAIGO, donde los chicos y chicas buscan identificarse consigo mismos y diferenciarse de su ambiente, principalmente familiar, por lo que necesitan empezar a marcar fronteras, límites. Aunado a esto, también los cambios endocrinólogos y fisiológicos se viven de una manera más intensa. Para algunos esto se vivirá de una forma más pública y para otros más privada y unos más, encubierta.
En la búsqueda de sentirse genuinos y diferentes, tienen que ampliar su panorama haciendo cambios drásticos: maquillándose, peinándose y vistiéndose acorde a una moda o grupo social, plantearse nuevos intereses(los musicales son los más evidentes) y mostrar territorialidad en su espacio personal (Ay nanita, si entras sin avisar). Y a pesar de todo esto y la intensidad emocional implícita, aún no desarrollan el lenguaje para descubrir y exponer su mundo interno, por lo que a los adolescentes en esta etapa les gusta hablar de todos menos de ellos.
(McConville, 2006) . Si toca expresar algo de sí mismos se bloquean, muchas veces son incapaces de tomar responsabilidad en lo que les toca y lo ponen en los otros ¿Y a quién creen que se culpa? Por supuesto, a los padres, maestros y conocidos.
Es común que en esta búsqueda también se muevan al lado polar de hábitos, actitudes o conductas que le fueron enseñando en su niñez. Por ejemplo, si antes era muy estudioso, hoy quizá ya no le dedique tanto tiempo a las labores escolares porque ahora su prioridad es convivir con sus pares.
No es ley que el inicio de la adolescencia sea a una edad específica. Cada quien tiene su ritmo. La ocurrencia del desarraigo, sí, duele, causa disgustos y sinsabores pero es completamente normal y muy necesaria para tener adultos saludables.
¿Y TU PAPÁ Y MAMÁ, SE ACUERDAD DE CÓMO ERAS EN TU ADOLESCENCIA?
¿TE ACUERDAD DE COMO TE VESTÍAS?
¿CÓMO TE SENTÍAS CON TUS CAMIOS CORPORALES?
¿LE ECHABAS LA CULPA A OTROS DE LO QUE TE SUCEDÍA?
Ana Laura López
Lic. En Psicología
Cédula Profesional: 11845501
Octubre de 2023
Bibliografía
McConville, M. (2006). Adolescencia: el self emergente y la psicoterapia. Libros del CTP.